lunes, 6 de julio de 2009

Sin perdòn


El pueblo de Honduras marcha hacia el aeropuerto.

El joven asesinado que muestra la foto tenia 16 años de edad.

Desde muy temprano de este domingo, miles de hondureños iniciaron su marcha hacia el aeropuerto internacional de Toncontín, en Tegucigalpa, capital catracha, para respaldar el retorno del presidente constitucional, Manuel Zelaya, quien confirmó desde Washington su intención de regresar al país para retomar la presidencia.

Luego de que la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) decidiera, de forma unánime, suspender a Honduras de ese organismo, por violentar el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana, se formaron dos comisiones para el viaje de este domingo: Una que acompañaría al Presidente Zelaya al vecino país y otra que arribó a El Salvador para analizar la situación desde aquí.

Ante la insistencia del mandatario constitucional de retornar a Honduras, el gobierno de facto decidió cerrar el aeropuerto en Tegucigalpa y militarizar la zona para impedir su arribo y contener a las miles de personas que, por octavo día consecutivo, exigieron la restitución de Zelaya.

Pese a las advertencias, Zelaya inició su vuelo a Tegucigalpa acompañado por el presidente de la Asamblea General de la ONU, el sacerdote Miguel D’Escoto; la canciller de Honduras, Patricia Rodas, entre otros funcionarios de sus gobiernos, mientras las fuerzas armadas y la policía, dirigidos por el gobierno de facto, se apostaban en el aeropuerto para impedir la llegada.

Hubo francotiradores ubicados en los edificios a lo largo del trayecto de siete kilómetros que recorrió el pueblo hondureño, así como helicópteros sobrevolando el área y en las cercanías del aeropuerto.

«¡Se oye, se siente, Zelaya está presente!», «¡Queremos a Mel!», eran las consignas más reiteradas por la multitud que avanzaba pacíficamente hacia Toncontín, en medio de crecientes tensiones.

Aún con la alta seguridad en el lugar, los hondureños, desarmados, que exigían la restitución de Zelaya, lograron pasar los retenes policiales de forma pacífica, algunos, inclusive, retrocedieron ante el avance de los manifestantes; no obstante, los militares los atacaron brutalmente y los reprimieron con bombas lacrimógenas y ráfagas de arma de grueso calibre, lo que fue calificado como una auténtica “emboscada”. Dos personas murieron en el ataque de los militares, mientras que por lo menos ocho indefensos manifestantes resultaron heridos.

El dirigente indígena, José Mesa, calificó este suceso de impresionante; «jamás había ocurrido una manifestación como esta en el país, el pueblo se volcó a las calles».

Amenazaron con interceptar la aeronave
A eso de las 5 de la tarde, luego de los disturbios, la aeronave en que se trasladaba Zelaya y el presidente de la ONU estaba lista para aterrizar, los centenares de personas que marcharon en su apoyo aguardaban su llegada y al observar la aeronave hicieron escuchar sus voces de alegría por la posibilidad de tenerlo nuevamente en el país.

Sin embargo, la operación no se pudo concretar, pues, el presidente constitucional denunció que el avión no pudo aterrizar debido a los obstáculos en la pista y por las amenazas de parte de las Fuerzas Armadas desplegadas en el lugar de interceptar la aeronave, es decir, derribar el avión propiedad de la empresa Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).

«Han entorpecido el aterrizaje, además de la amenazas del operador de aeronáutica de Toncontín», dijo Zelaya, en contacto telefónico con teleSUR.

«Yo estoy haciendo todo lo que tengo que hacer, estoy en la cabina de mando del avión con los dos pilotos (venezolanos) y ellos están haciendo lo que humanamente pueden hacer», añadió. «La decisión es hacer lo que teníamos que hacer, buscar una forma para entrar a Honduras. Yo me comunicaré con los presidentes de Argentina, Ecuador y Paraguay para buscar una salida a esta situación», agregó el mandatario.

«Ellos no han querido ceder, pero, esto no va a impedir que nosotros hagamos todo lo que tenemos que hacer, es injusto todo lo que está pasando en Honduras», dijo.

Según constataron periodistas de Diario Co Latino, en Honduras, se escuchó una llamada a un seguridad para confirmar la decisión de arrestar a Manuel Zelaya si el avión en que se conducía lograba aterrizar.

En el lugar habían helicópteros a disposición para trasladarlo si era aprisionado.

Luego del intento fallido del mandatario constitucional de retornar a su país, los miles de hondureños que exigían su regreso continuaron sus exigencias de restablecer el orden constitucional y el retorno de la paz y la tranquilidad en esa nación centroamericana.

Después de sobrevolar algunos minutos el cielo de Tegucigalpa, Manuel Zelaya, tuvo que cambiar su ruta hacia Managua, Nicaragua, desde allí informó que se dirigiría a El Salvador para reunirse con la otra comisión compuesta por los mandatarios de Argentina, Cristina Fernández; de Paraguay, Fernando Lugo; y de Ecuador, Rafael Correa, así como con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quienes formaban la segunda comitiva que partió de Washington hacia San Salvador, mientras Zelaya y D´Escoto, hacia Tegucigalpa, Honduras.

Este domingo se cumplieron 8 días del golpe de Estado que fuerzas militares ejercieron en contra del Presidente Manuel Zelaya.

Fuente: http://www.diariocolatino.com/es/20090706/nacionales/68865/

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